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Desde la presentación del primer I.N.O.X, en 2014, muchos se encontraban expectantes ante la llegada de su versión mecánica. Sin embargo, una colección tan excepcional, requería gran trabajo.

La delicada naturaleza del movimiento automático exigía unos elevados niveles de investigación y desarrollo, en los que se invirtió sin medida para dar vida a este modelo único.

A simple vista, nada lo distingue del modelo de cuarzo, pues ambos comparten estilo, proporciones, funciones, número de manecillas y representación de fecha. No obstante, la tapa transparente de la caja permite ver el mecanismo interior y una esfera con guilloché que recuerda a la tradicional navaja de soldado suizo.

Además, el icónico bisel del I.N.O.X. se ha tratado con un revestimiento especial para reforzar su resistencia a los golpes y a los arañazos, y así garantizar un brillo duradero.

Este reloj, además, alberga en su esencia una fuerte tradición relojera e innovación tecnológica, con detalles exclusivos que se reflejan en su sorprendente correa única de cuero y madera, con un acabado tan duradero como resistente.

Es un verdadero ejemplo de visión y creatividad que supera los límites de lo conocido, para adentrarse en lo desconocido. Una declaración perfecta de innovación y compromiso medioambiental de Victorinox.

Este nuevo modelo cuenta con una caja de acero inoxidable, con tratamiento antiarañazos en el bisel, cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos de triple capa y resistente a los arañazos.

Victorinox Swiss Army lleva 27 años creando instrumentos de precisión. Sus relojes, manufacturados en el nuevo centro de competencias relojeras de Victorinox, situado en Delémont, en la región suiza del Jura, asocian atemporalidad, fiabilidad y funcionalidad.

Los relojes Victorinox Swiss Army perpetúan una visión establecida hace más de un siglo y son objetos que responden a los requisitos más exigentes.