Publirreportaje presentado por Mercadopago

Confundir nuestras finanzas personales con las de la empresa es el principio del fracaso

Todos los emprendedores cometemos el mismo error, que está dado en nuestra ansiedad y nuestra energía de ir cumpliendo hitos. Confundimos nuestras finanzas personales con las finanzas de la empresa y, desde mi perspectiva, ése es el principio del fracaso.


En esta confusión, propia de quien inicia y lidera una empresa por primera vez en la vida, los errores se pueden traducir en pagar con nuestra cuenta o nuestra tarjeta de crédito algunas compras, como por ejemplo; IVA, Previred, licencias internacionales, cuotas de algún activo de la empresa, como computadores o lo que sea. Sin embargo, es aquí donde las cosas se pueden salir un poco de control. ¿Qué es lo que va pasando? Que, al pagarlo nosotros y al no ser facturado a nombre de la empresa, la empresa empieza a tener estados financieros que son distintos a la realidad, porque estos costos los debiese haber asumido la empresa. Como no lo asume la empresa y lo subsidiamos nosotros (y no necesariamente todos los socios de la empresa), generando flujos de caja y estados financieros distintos a la realidad. Y así empezamos a tomar decisiones con una información errónea.

En mi experiencia tanto personal como ayudando a otras pymes, lo anterior se puede traducir en endeudamiento personal y postergaciones de pagos que se transforman en montos cada vez mayores que pueden terminar acabando con el sueño emprendedor ya que el líder termina ahogado financieramente. Ante esta realidad, lo primero que recomiendo es aprender que los gastos de la empresa tienen que hacerse a través de la empresa, con recursos de la empresa. La compañía debe tener una cuenta corriente, una línea de crédito, su propia tarjeta de crédito. Y esta debe gastar en función de los recursos que todos los socios aportan. Nosotros, como fundadores y líderes ejecutivos de la empresa, tenemos la obligación de ir a los bancos y que nos den aunque sea poco cupo, pero la compañía tiene que tener estos productos financieros y nosotros tenemos que vivir y operar la compañía en función de esta realidad.

Para mí, estos instrumentos financieros son los que permiten mantener un mejor orden y control sobre la separación de los gastos y las inversiones que se hacen en la empresa y las que pertenecen a la vida privada o familiar. Como fundadores tenemos que ser expertos en estos temas para entender lo que pasa en nuestra empresa y así poder tomar decisiones que impacten positivamente en nuestro emprendimiento. Y, lo más importante, no morir en el intento.

*Marcos Rivas, Especialista en Estrategia y finanzas. CEO en City Global, parte del directorio de "Acelera AP" e integrante del grupo "G100" de la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH).

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