La historia del robot limpiavidrios que llegó a Chile por una necesidad familiar

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La inquietud de un matrimonio por encontrar una fórmula que les permitiera limpiar las ventanas fijas de su departamento, hizo posible que hoy día este equipo se encuentre disponible en el mercado chileno, con excelentes resultados, liberando el tiempo destinado a esa pesada carga para poder usarlo en otros quehaceres.


"Por experiencia propia con nuestro robot limpiavidrios, hemos detectado que las personas anhelan un recurso que les es muy escaso: el tiempo. Hoy en día en las familias, hombre y mujer trabajan, por ende tienen menos disponibilidad horaria para preocuparse de las cosas de la casa, y al robotizar estas necesidades de limpieza, pueden usar ese mismo tiempo en hacer otras cosas", señala Mariana Rodríguez, socia fundadora, junto a su marido, de Evlat, empresa familiar que toma el nombre del robot limpiavidrios que importa y comercializa en Chile. El inicio de este emprendimiento familiar se remonta a cuando ambos se vieron enfrentados a una situación que experimentan muchas personas que viven en departamentos. "Evlat nace por necesidad propia; vivimos en edificio, en un quinto piso, y tenemos ventanas fijas, donde la única forma de limpiarlas por fuera es que una persona se cuelgue, algo que no estábamos dispuestos a hacer, por motivos de seguridad", agrega la socia fundadora.

Ante ese panorama, Mariana Rodríguez y su marido, Felipe Herrera, comenzaron a buscar soluciones; visitaron fábricas, conversaron con muchas personas, hasta que en esa búsqueda dieron con Evlat. En un comienzo compraron unas pocas unidades para ver cómo eran y de qué manera funcionaban, "y nos enamoramos del resultado, lo que a su vez nos abrió una oportunidad de negocio, ya que no habíamos visto este sistema en Chile", relata Mariana.

Entre las tareas de aseo doméstico, probablemente limpiar los vidrios sea una de las más indeseadas, y hoy es más complicado aún. Primero, por la cantidad de polvo que acumulan día a día las ventanas de las casas y departamentos, y segundo, debido a la dificultad que supone la arquitectura moderna con las ventanas fijas. "Son muy difíciles y peligrosas de alcanzar, sobre todo en departamentos en altura", observa la socia fundadora de este emprendimiento familiar.

Cómo funciona Evlat

Y el robot limpiavidrios Evlat da justo en el clavo para alivianar esa pesada carga. Este equipo tiene la capacidad de adherirse a las ventanas sin ninguna dificultad, debido a sus dos motores que generan la succión necesaria para mantenerse sobre esta superficie de vidrio. En su control remoto tiene una opción automática de funcionamiento, de modo que con un solo click Evlat sube hasta el borde superior y luego baja de forma horizontal, de borde a borde, limpiando toda la ventana. Pesa 900 gramos, funciona con corriente -siempre enchufado-, y tiene una autonomía de 30 minutos en caso de corte de la energía eléctrica. Asimismo, y como protocolo preventivo adicional, viene con una cuerda de seguridad.

La evaluación de los clientes de Evlat, finaliza Mariana Rodríguez, "ha sido muy buena. Muchos de ellos quedan realmente sorprendidos, ya que nunca habían podido limpiar sus vidrios por tema de altura o tener ventanas fijas. Sin duda que todos nuestros clientes han encontrado un real aporte de esta tecnología en sus hogares".

Más tiempo para compartir
"Mientras limpias tus vidrios, puedes ver una película, cocinar, o hacer lo que se te ocurra. Y lo más destacable es la seguridad que Evlat brinda, ya que permite no poner en riesgo la vida de nadie para limpiarlos por fuera", destaca al respecto Mariana Rodríguez. Tal vez por el hecho de haber nacido como emprendimiento de un matrimonio, la socia fundadora traza así los objetivos que vienen: "Queremos poner esta tecnología a disposición de las familias chilenas, con el propósito de que tengan más tiempo para compartir con sus seres queridos, dejando a Evlat la ingrata tarea de limpiar los vidrios".



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